El exministro de Economía Martín Guzmán viajó esta semana para asistir a la reunión de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp) para exponer sobre su trabajo sobre la integración de Argentina con Brasil. El contexto de la guerra comercial iniciada por Donald Trump alarma a los empresarios paulistas que buscan modificar las escalas en el continente y así no perder en competitividad con las compañías extranjeras.
La principal preocupación para el sector privado brasilero consiste en las tarifas planas del 10% que Estados Unidos les puso a todos los países, y que en el caso del acero llega al 50%, además del avance de la manufactura china. “El nuevo escenario te indica que si no tomás medidas para modificar las escalas en el continente, vas a quedar atrasado. La integración es fundamental si tenemos aspiraciones a mejorar”, les planteó el economista, de acuerdo a lo que reconstruyó este medio.
La visita del miércoles y jueves a San Pablo la realizó por invitación de la Fiesp, pudo saber PERFIL, que accedió a la agenda del exministro. Las Cámaras empresarias trabajan con el exfuncionario en la combinación de los potenciales del Mercosur desde antes de que ganen Donald Trump y Javier Milei. Los nuevos sucesos simplemente alimentaron el interés por las investigaciones.
Hace más de una década que la región presencia un estancamiento de la actividad y en los salarios. Además, carece de diálogo interempresarial entre Argentina y Brasil, que es lo que buscan impulsar, además de mejorar los vínculos entre los Estados y la academia.
“Sería transformador para Argentina y el continente una integración positiva con Brasil. Hay distintas dimensiones de la integración que tendrían un valor enorme”, explicaron desde el entorno de Guzmán. “Tenemos un problema de escala en la región. Podríamos ser mucho más productivos si la escala fuera mayor. No funcionamos como mercados integrados, a diferencia de la Unión Europea”, plantearon.
Un problema de escala. El Mercosur podría aumentar su productividad de forma significativa si los niveles de producción fueran mayores, coincidieron los empresarios. Sin embargo, opera individualmente. Ante esto, analizaron distintas dimensiones de integración.
La energía consiste en uno de los sectores claves no integrados en la región. “No hay razón por la que la electricidad y el gas, no puedan moverse de un país a otro para tener un mercado integrado.
Falta la infraestructura de transporte y normanización normativa. La escala es fundamental porque tienen costos fijos grandes. La integración energética sería realmente transformador”, les explicó el exministro.
Un segundo plano debatido fue el transporte de bienes y de pasajeros. No existen trenes que circulen por la frontera. Es más, cuentan con diferentes tamaños los rieles, por lo que se complejiza cualquier traslado. El ferrocarril resultan más económicos que el movimiento en camiones o micros, como actualmente funciona, lo que encarece costos.
El tercer ítem de discusión en los paneles que Guzmán compartió con empresarios, funcionarios y académicos consistió en la integración de la conectividad. En la Unión Europea se puede utilizar una misma empresa de telefonía en cualquier país como si fuera local. En el Mercosur se debe recurrir al roaming.
Aunque del lado argentino Javier Milei no mostró signos de interés en la agenda, del brasilero mantienen como prioridad incrementar las economías de escala en la región, intensificado por la guerra comercial.
En ese contexto, el titular de Suramericana Vision mantiene diálogos con el gobierno, las empresas y la academia que buscan que un potencial acuerdo del Mercosur con la Unión Europea permita una integración positiva en lugar de una defensiva.