La Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, máximo tribunal del país en materia penal, acaba de confirmar la sentencia contra cinco efectivos de la Prefectura Naval Argentina, acusados de reprimir violentamente a la comunidad Lafken Winkul Mapu de Villa Mascardi, cercana a Bariloche, en la provincia de Río Negro. Represión que dejó como saldo la muerte de Rafael Nahuel e hirió gravemente a Johana Colhuan y Gonzalo Coña, otros dos jóvenes mapuche. Si bien los detalles se conocieron en las últimas horas, el fallo fue emitido el 12 de junio.
Los condenados son Sergio Cavia, Francisco Pintos, Juan Obregón, Carlos Sosa y Sergio García, todos miembros del Grupo Albatros al momento del crimen, ocurrido el 25 de noviembre de 2017. El juicio oral (y no tan público) se realizó en 2023 en los Tribunales Federales de Fiske Menuco (General Roca). La Izquierda Diario lo cubrió a través de varias crónicas (que podés ver acá), donde a los pormenores del proceso se agregaron detalles de un Poder Judicial racista y clasista.
El prefecto Cavia fue condenado a cinco años de prisión y ocho de inhabilitación especial por “homicidio agravado cometido en exceso de legítima defensa”. Sus cuatro camaradas de armas recibieron penas de cuatro años y medio de cárcel y siete de inhabilitación por ser considerados “partícipes necesarios” del crimen. Pese a ser penas no excarcelables, los asesinos pudieron seguir libres a la espera de que la sentencia quede firme.
Un año y medio después, la Cámara de Casación acaba de confirmar aquella sentencia tras analizar las apelaciones de las querellas (familia de la víctima y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos) y las de las defensas. Los jueces de la Sala III Carlos Mahiques, Javier Carbajo y Daniel Petrone atendieron, de un lado, el genuino reclamo de más años de cárcel para los asesinos y, del otro, la anulación directa de todo el juicio.
Como se dijo en 2023, el veredicto del Tribunal Oral Federal rionegrino causó indignación en toda la comunidad mapuche, debido a las módicas penas para tamaño asesinato. Las pruebas estaban sobre la mesa. No había habido enfrentamiento alguno y a Nahuel lo mataron por la espalda mientras corría montaña arriba. Pero a los albatros se los condenó por “excederse” en su supuesta “legítima defensa”.
Ese día los prefectos dispararon una cantidad aproximada de 150 tiros contra el grupo de jóvenes mapuche. Para justificar que los miembros del grupo Albatros actuaron siempre “de acuerdo a la ley”, “cumpliendo órdenes” y bajo amenaza de perder su propia vida, las defensas se apoyaron en una supuesta agresión desde la comunidad, cosa que no pudieron mostrar con ninguna prueba concreta.
Pese a ello, los abogados de los prefectos siempre buscaron su absolución. Lo hicieron aprovechando el intersticio que dejó el mismo Tribunal de Fiske Menuco en su sentencia, al afirmar que Nahuel y sus compañeros fueron quienes rodearon y atacaron a los represores.
La hipotética inocencia de los albatros se acomodaba al relato diseñado y difundido desde el propio Ministerio de Seguridad nacional que, al igual que hoy, estaba en manos de Patricia Bullrich. Vale recordar que, a pedido de poderosos terratenientes y grandes capitales voraces de negocios ilimitados, Bullrich y sus secuaces (lo que incluye grandes apologistas como Clarín y La Nación ) recrearon la historia de la “amenaza mapuche” en la Patagonia para justificar la represión indiscriminada.
“Rafita” (22 años), murió la misma tarde en que en la localidad bonaerense de 25 de Mayo velaban a Santiago Maldonado (28), el artesano desaparecido entre el 1° de agosto y el 17 de octubre de aquel 2017 tras una brutal represión de Gendarmería a otra comunidad mapuche, la Lof en Resistencia de Cushamen , en la provincia de Chubut.
Cal, arena y después
Tras conocer la sentencia del TOF de Fiske Menuco, la defensa de los efectivos de Prefectura recurrió a la instancia judicial superior, pidiéndole que anule todo el juicio en el que se condenó a sus clientes. Según su estrategia, en el proceso hubo innumerables irregularidades que cercenaron el derecho a la defensa y el acceso a la justicia.
Hay un dato nada menor. Uno de los defensores es el doctor Marcelo Rochetti, un millonario penalista que ocupó cargos públicos durante el macrismo. Ladero de Cristian Ritondo, lo acompañó en la Legislatura porteña en 2016 (donde puso a una banda de barrabravas al frente de la “seguridad” parlamentaria) y fue su jefe de Gabinete en el Ministerio de Seguridad bonaerense durante la gobernación de María Eugenia Vidal. Supo defender a Rafael Di Zeo, entre otros clientes VIP.
Para Rochetti y sus colegas, el fallo condenatorio estuvo plagado de “contradicciones y arbitrariedades”. Pero la Cámara de Casación rechazó su pedido de nulidad, afirmando que el TOF rionegrino valoró correctamente las pruebas y aplicó calificaciones legales (los delitos de los que se los acusó) acorde a los hechos demostrados.
Los jueces Mahiques, Carbajo y Petrone rechazaron también el pedido de la familia de Nahuel y de la APDH para que a los asesinos se les aplicaran mayores penas y de cumplimiento efectivo. Sin pruebas, pero fieles al relato antimapuche y criminalizador de las comunidades, convalidaron el relato de que la Prefectura actuó en “legítima defensa”.
Y en esa línea, los camaristas terminaron haciéndole caso al pedido de las defensas (y del fiscal general ante la Cámara, Raúl Pleé) de que se revisen (obviamente a la baja) los montos de las penas impuestas al homicida y a los partícipes necesarios. Dicen que el tribunal de primera instancia “ha omitido considerar en su justa dimensión” la falta de antecedentes penales de los asesinos y sus “conductas anteriores en la fuerza”. Así, “las sanciones impuestas no pueden ser convalidadas” y se deben “devolver las actuaciones al tribunal de origen” para que “se determinen las sanciones a imponer”.
El fallo de la Sala III de la Cámara de Casación dejó con un sabor agridulce en el oscuro paladar de Patricia Bullrich. Por un lado, que los jueces hayan rechazado los planteos de las querellas es música para sus oídos. Si no hubo más que “legítima defensa”, no hubo planificación ni órdenes superiores. Así, la cadena de mandos queda salvada y, con ella, su propio pellejo.
Pero a la vez los camaristas confirmaron que los prefectos son los responsables directos de la muerte de Nahuel. Sin siquiera un enfrentamiento comprobado, los agentes represivos del Estado hicieron todo para que se produjera una víctima fatal. Solo la mala puntería hizo que unas pocas de las 150 balas dieran en las humanidades de los jóvenes que huían. Poco importa, en ese sentido, si Nahuel y los suyos arrojaron alguna piedra. La sola mención al “exceso” que derivó en “homicidio” desmiente cada palabra dicha por Bullrich en las horas posteriores al crimen.
Tras conocer la sentencia definitiva de la Cámara de Casación, desde la APDH Regional Bariloche difundieron un comunicado en el que apreciaron el fallo condenatorio, “que desmiente las afirmaciones que al momento de los hechos formulasen Patricia Bullrich y Mauricio Macri para encubrir y justificar la brutal acción represiva del grupo Albatros”. Pero a su vez advirtieron “que la sentencia no alcanzó a las autoridades de entonces, claramente involucradas en el hecho y por tanto responsables últimos de aquella acción criminal”.
Para la APDH, Bullrich “desde su cargo sigue incitando a quienes integran las fuerzas a su mando a que mantengan conductas violentas, violatorias del orden jurídico vigente, a sabiendas de que son ellos únicos que terminan respondiendo ante los jueces por hechos execrables, que parecen desconocer que delinque no sólo quien cumple órdenes inmorales e ilegales sino también quien las ordena”.
¿Nunca va a ser juzgada y condenada la ministra de “Seguridad Nacional” por su deliberado encubrimiento a los prefectos que mataron a Nahuel? ¿Tampoco por su rol central en los hechos que derivaron en la desaparición y muerte de Maldonado? ¿Y por la tentativa de homicidio del reportero Pablo Grillo a manos de gendarmes protegidos por ella? ¿Y por el encubrimiento a miembros de la misma fuerza que asesinaron al trabajador Fernando Gómez en Tartagal? Ya va siendo hora, ¿no?