En Salta se está llevando adelante el juicio en contra del líder de Generación Zoe, Leonardo Cositorto, quien enfrenta cargos por 118 hechos de estafas reiteradas y asociación ilícita. De esta manera, dejaron al descubierto cómo ponían en práctica el sistema ponzi en dicha provincia, captando víctimas de otras ciudades.
Dentro de este último grupo, se encuentra un productor jujeño oriundo de la localidad de El Carmen, quien invirtió 14 mil dólares, que terminó perdiendo a manos de esta organización.
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Foto: Leonardo Cositorto, líder de Generación Zoe.
El proceso judicial se lleva a cabo en el Salón de Grandes Juicios del Poder Judicial de Salta, donde la figura central es Leonardo Cositorto, señalado como cabecilla de la organización Generación Zoe. Junto a él, también se encuentran imputados Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz.
Uno de los testimonios que se escuchó en el recinto, fue el de este productor jujeño, quien indicó que fue captado por la firma en diciembre de 2021, tras mantener contacto con un joven cordobés durante un curso virtual de educación financiera. Dijo que fue convencido para invertir en la empresa de Leonardo Cositorto, que ya tenía una sede operativa en la ciudad de Salta.
La propuesta que lo atrajo fue la adquisición de una “membresía inteligente premium”, que incluía, según le informaron en aquel momento, dos viajes anuales para asistir a convenciones exclusivas organizadas por Zoe. El 30 de diciembre de 2021 viajó hasta Salta y entregó 5 mil dólares en efectivo a Federico Vilardel. En esa ocasión, también interactuó con Ricardo Vilardel, a quien identificó como el encargado general de la sede salteña.
Según su relato, los responsables del lugar le aseguraron que la rentabilidad provenía del trading profesional y de operaciones bursátiles, y que no existía riesgo alguno, ya que todo estaba “a cargo de expertos”. En enero del año siguiente, tras recibir el primer pago de intereses —un 7,5% mensual—, decidió ampliar su inversión.
Fue así que el 10 de enero de 2022 aportó otros 9 mil dólares para ingresar a un supuesto “robot inteligente” de inversión. Sin embargo, esta vez no recibió ningún contrato ni documentación formal, solo un recibo común de librería, algo que le generó sospechas. Lo cierto es que nunca volvió a cobrar ni un centavo más.