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Advirtieron que en el Día de las Infancias no pidieron juguetes, sino comida

El Día de las Infancias en el Chaco estuvo atravesado por un dato que golpeó de lleno a la celebración: los niños ya no pidieron juguetes, sino comida. Así lo denunció la Fundación Ciudad Limpia (FCL), que desde hace más de dos décadas trabaja en la provincia con acciones solidarias y de participación ciudadana.
«No pudimos decir feliz día cuando tenemos chicos que solo hicieron una comida al día», relató con crudeza Celeste Arévalo, una de las voluntarias.
La organización, que habitualmente recibía pedidos de juguetes en fechas festivas, reveló que esta vez las solicitudes fueron de alimentos básicos para sobrevivir a la crisis. «Preferimos antes que un juguete o un buen regalo, asegurarnos que coman y se alimenten bien todos los días», agregó Arévalo.
El presidente de la entidad, Carlos Alabe, remarcó: «Si bien la realidad fue muy triste, los brazos de Ciudad Limpia se fortalecieron con la ayuda de la gente común y de empresarios que no perdieron el tiempo analizando las culpas ni el origen del problema: nos ayudaron a ayudar y listo».

LA CRISIS
Los testimonios de Ciudad Limpia se alinearon con las estadísticas que publicó el Observatorio de la Deuda Social Argentina (Odsa-UCA) en su informe «Inseguridad alimentaria en la infancia argentina: un problema estructural observado en la coyuntura actual».
Según la UCA, en 2024 el 35,5% de los niños, niñas y adolescentes del país sufrió inseguridad alimentaria, es decir, no tuvo garantizado el acceso a una alimentación suficiente, segura y nutritiva. Dentro de ese grupo, el 16,5% atravesó privación grave, lo que implicó episodios de hambre directo en los hogares.
La investigadora Ianina Tuñón explicó: «Desde 2020, observamos un nuevo piso estructural de inseguridad alimentaria que afectó a un tercio de la infancia argentina. Y la mitad de ellos vivió situaciones graves de privación».
Por su parte, Valentina González Sisto detalló que los más perjudicados fueron los niños en hogares monoparentales, numerosos, con adultos en trabajos precarios o desocupados, y aquellos que dependieron de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta Alimentar.

CONTEXTO NACIONAL Y LOCAL
El comunicado de Ciudad Limpia también advirtió que mientras en algunos barrios el reparto de juguetes y festejos oficiales intentaron instalar una «imagen de normalidad», en muchos otros se vio «la cara miserable del hambre».
La organización precisó que recibe pedidos de alimentos, libros, medicamentos y hasta ayuda para cubrir tratamientos médicos, en barrios que «no lograron llamar la atención de ningún funcionario».
La crisis se reflejó también en los datos estructurales: según la UCA, para fines de 2024 el 52,7% de los niños fue pobre por ingresos y el 12,3% vivió en la indigencia.
El acceso a derechos básicos tampoco estuvo garantizado: el 39,1% de la infancia careció de cloacas o agua corriente en sus hogares, y casi un 28% compartió colchón para dormir.
El documento de la UCA fue categórico: «Los aglomerados del Norte Argentino (NEA y NOA) no solo partieron de niveles históricamente más altos, sino que consolidaron una situación de mayor vulnerabilidad estructural, sin volver a los niveles previos a la crisis de 2024».

LA CELEBRACIÓN
Y LA DESIGUALDAD
El gobierno nacional estableció que a partir de 2025 el Día de las Infancias se celebre el tercer domingo de agosto, en línea con las recomendaciones de la Convención de los Derechos del Niño.
Sin embargo, los compromisos asumidos en ese tratado internacional contrastaron con los números actuales. «Podemos cambiar la fecha, pero si no garantizamos que los niños accedan a salud, educación y alimentación digna, seguimos en deuda con ellos», coincidieron los especialistas de la UCA durante la presentación.
Mientras tanto, en los comedores y merenderos del Chaco, la prioridad no fueron las golosinas ni los juegos, sino asegurar al menos un plato de comida diaria.
La paradoja quedó resumida en una frase que se repitió entre los voluntarios: «Este año, los chicos no nos pidieron juguetes. Nos pidieron comida».

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