Dos ciudadanos franceses, Cécile Kohler y Jacques Paris, han sido acusados en Irán de espiar para la agencia de inteligencia israelí Mossad, según informaron fuentes diplomáticas occidentales y familiares.
Ambos se encuentran detenidos desde mayo de 2022 y recientemente se les imputaron tres cargos graves: espionaje, conspiración para derrocar al régimen iraní y »corrupción en la tierra», una acusación amplia en el sistema judicial iraní que puede aplicarse a delitos contra la seguridad del Estado. Los tres cargos conllevan la pena de muerte.
La hermana de Kohler confirmó que un juez iraní validó oficialmente las acusaciones, aunque señaló que ambos detenidos siguen sin acceso a abogados independientes. Por su parte, una fuente diplomática francesa calificó los cargos de »completamente infundados» y exigió que se respete el derecho de defensa de los acusados. Afirmó también que Kohler y Paris son inocentes.
Teherán había afirmado anteriormente que los franceses fueron arrestados por espionaje, aunque no había especificado para quién presuntamente trabajaban.
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Esta es la primera vez que se vincula oficialmente su caso con el Mossad, según las nuevas informaciones reveladas. Sin embargo, las autoridades iraníes aún no han confirmado oficialmente los nuevos cargos.
El caso cobró mayor atención internacional después de un ataque aéreo israelí contra la prisión de Evin en Teherán el pasado martes primero de julio, donde ambos estaban detenidos. El bombardeo, que ocurrió poco antes de la entrada en vigor de un alto al fuego conseguido por Estados Unidos entre Israel e Irán, dejó al menos 79 muertos según cifras del poder judicial iraní.
Tras el ataque, se trasladó a algunos prisioneros de Evin, aunque no se han dado detalles sobre cuántos ni quiénes fueron reubicados. Hasta hace pocos días, se desconocía el estado y paradero de Kohler y Paris, pero la situación se aclaró parcialmente tras una visita del encargado de negocios francés a la prisión.
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Kohler, de 40 años, y su pareja Jacques Paris, de 72, llevaban más de tres años encarcelados en condiciones que organizaciones de derechos humanos y gobiernos occidentales han denunciado como arbitrarias.
Francia y otros países europeos sostienen que Irán utiliza la detención de ciudadanos extranjeros como una estrategia de »diplomacia coercitiva» o »toma de rehenes», con el fin de obtener concesiones políticas o intercambios de prisioneros.
Actualmente, se estima que Irán mantiene bajo arresto a unos 20 ciudadanos europeos, muchos de los cuales no han sido identificados públicamente. En el contexto del actual conflicto entre Irán e Israel, las autoridades iraníes han arrestado a otros tres ciudadanos europeos más, dos de los cuales también están acusados de espiar para Israel.
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