El partido que River jugará este domingo a la tardecita frente a Godoy Cruz será decisivo. ¿Cómo? ¿En la quinta fecha? ¿Con tres meses y monedas de competencia doméstica y una Libertadores en disputa? Sí.
Aunque resulte apresurado el término, posiblemente la morfología del equipo de Marcelo Gallardo cambie en base a lo que se vea en el Monumental frente a un rival que no gana desde mayo y cuyo deté lleva apenas 90 minutos de experiencia tombina.
Deportivamente existen atractivos: de ganar, River será el único puntero de su zona, seguirá bien posicionado en la tabla clasificatoria a la próxima CL -objetivo que también deberá tildarse en 2025; lograrlo antes de una final sería lo ideal- y se consolidará como un candidato para alzar el Clausura. Pero esa es la lectura más lineal del encuentro frente a los mendocinos.
River se trajo un empate con sabor agridulce (REUTER).
Porque el Muñeco ha visto cómo ese mismo River que cerró en velocidad 2x de WhatsApp las goleadas frente a Instituto y San Martín de Tucumán -y que apenas sufrió un ratito en su 3-1 frente a Platense- mostró su costado binario al no hallarles la vuelta a los partidos de alto piné: San Lorenzo e Independiente por la liga doméstica y un Libertad austero pero rocoso en Paraguay, en la ida de los octavos que espera cerrar el jueves y en un Liberti sold-out.
Con recuperaciones confirmadas –Juan Carlos Portillo, Sebastián Driussi– y otras en curso, más juveniles que podrían gozar de valiosos minutos que ya no abundarán cuando la plantilla esté completamente disponible, entonces Gallardo podría utilizar el mano a mano ante Godoy Cruz como probeta. Como tubo de ensayo que no sólo otorgará oportunidades sino que también permitirá ir descubriendo qué piensa hacer en la revancha copera.
¿Qué imagina Gallardo?
El Muñeco tiene pensado algunos cambios.
Más allá de que Lautaro Rivero posiblemente reaparezca para cubrir la zona zurda de la zaga (en pos de, quizás, cuidar a un Paulo Díaz que llegó con lo justo a la ida de la CL post inflamación de rodilla izquierda) y de los chicos que vienen teniendo rodaje (Juan Cruz Meza y Santiago Lencina), otros créditos también querrán demostrar. Recuperar imagen (¿Kevin Castaño?).
Consolidarse como alternativa en un puesto en el que la experiencia pesa (¿Nacho Fernández?). Cortar una racha para pelearle un puesto a la inmediata competencia (¿Miguel Borja?). Certificar por qué fueron elegidos en el mercado (¿Giuliano Galoppo?).
La lectura entre líneas de la formación que elija el Muñeco podría revelar cuál será su plan para el jueves por la noche. Cuando se decidirá, por caso, lo que más atrapa a River en este semestre: la Libertadores, objetivo mayúsculo por el que se hizo una inversión millonaria.
Borja luchó mucho pero no pudo quedar de frente al arco (EFE).
De cómo el equipo se desenvuelva en el torneo más importante de la Conmebol dependerá el ánimo popular. Porque ningún logro que se consiga fronteras adentro de la Argentina tendrá el mismo sabor si, por fin, no se interrumpe la sequía. Si la quinta no queda en Núñez o, al menos, la presentación es lo suficientemente decorosa.
Todo empezará en casa. Con un partido que marcará el presente. Y quizás, el futuro.
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