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Salteño aspirante a Infante de Marina: “La Armada es una enseñanza de vida”

Colman Leonel Soto tiene 26 años y hace 2 que ingresó a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA) porque quiere ser Infante de Marina (IM). Tuvo su experiencia como Marinero Tropa Voluntaria (MTV) durante 6 años, donde conoció el componente y descubrió su vocación militar. La ESSA cumple hoy 126 años de existencia, y los alumnos que recorren sus aulas son quienes la mantienen vigente.

El Aspirante Naval de 2do. año Leonel Colman Soto está próximo a su egreso como Cabo Segundo de Infantería de Marina, y en estos años obtuvo la distinción de Dragoneante Mayor en la ESSA; jerarquía y mérito alcanzado por su sobresaliente aptitud militar y rendimiento académico.

“No esperaba llegar tan lejos”, dice el joven salteño con una expresión de asombro al reconocer todo lo que ha podido lograr en este tiempo. “Seguramente me ayudó haber sido Marinero en mi paso por el Batallón de Infantería de Marina Nº 2, en la Base de Infantería de Marina Baterías; pero aun así me sorprendió”, asegura.

Desde su incorporación, su meta es ser Infante de Marina. En el Batallón entendió que tenía las condiciones para serlo, y ahora en la Escuela sabe que puede asumir mayores grados de responsabilidad en la conducción y el liderazgo.

La misión de la ESSA, ubicada en la Base Naval Puerto Belgrano al sur de la provincia de Buenos Aires, es capacitar a jóvenes argentinos en las artes marineras y especialidades navales, e inculcarles valores y principios para servir a la Patria desde el mar. En la vida de Colman Soto, como en la de muchos otros jóvenes del país, está cumpliendo con éxito su gestión.

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La ESSA les enseña a desarrollar una actitud militar y profesional, conocimientos necesarios para saber operar los medios navales de la Nación, defender los intereses marítimos, y hacerlo con honor, coraje y compromiso. “En la Armada aprendí respeto, entre otros valores. A ser prolijo y ordenado; a llevarme bien con mis compañeros y apoyarnos mutuamente; a valorar la organización del tiempo sobre todo”, subraya.

“Dos de mis hermanos mayores ya estaban en la Armada. Pero fue Iván, que es Infante de Marina, el que me compró un pasaje de colectivo desde Salta a Puerto Belgrano y me dijo ‘venite’, y no lo dudé”, confiesa. Su hermana Jimena es cocinera en la Armada y ahora los 3 esperan que Selena, la hermana más chica, también logre ingresar a la Institución.

Su papá Efraín, presumía de sus hijos en Salta: “Él era albañil y boy scout –cuenta Colman–, y estaba tan orgulloso de sus hijos que no había nadie en el pueblo que no supiera qué hacíamos; falleció en 2019”. Su mamá Marcela también está muy orgullosa; “la extraño mucho, y también a sus milanesas con puré”, añade.

Cuenta, mientras esboza una sonrisa, la anécdota de por qué se llama Colman. “Fue un jugador de fútbol argentino: Juan Carlos Colman, y así me pusieron porque se hizo famoso en la década del ‘50 jugando en Boca Juniors. Mi papá era de River, pero mi mamá es boquense y yo también”.

De su provincia añora los paisajes, y nombra al Cerro San Bernardo y la Quebrada de San Lorenzo con cariño; aunque hizo la promesa de no regresar a Salta hasta egresar de la escuela. También recuerda sus años de primaria en las escuelas N°4002 “Mariano Cabezón” y Nº 4015 “Remedios de Escalada de San Martín”.

La rutina de un aspirante naval

Colman Soto cuenta que el estudio ocupa gran parte del día en la formación de un suboficial de la Armada, con materias de Instrucción Marinera, profesionales y Educación Física (natación, vela, atletismo y defensa personal), y las relativas a cada especialidad naval que elige y/o asignan al alumno aspirante.

“Uno aprende la rutina de levantarse bien temprano; a las 5:30 es la diana”. Luego tiene 10 minutos para alistarse, luego desayunar, e ir a clase. “Cada minuto cuenta, es así que vamos trotando de un lado a otro de la escuela”, agrega.

Las especialidades duran entre uno y dos años y medio, e incluyen Aeronáutica, Servicios Hidrográficos, Apoyo General, Arsenales, Comunicaciones, Electricidad, Enfermería, Furriel, Informática, Maquinista, Mar, Mecánico de Sistemas, Música y Operaciones. Muchas de ellas son tecnicaturas terciarias superiores avaladas por el Ministerio de Educación de la Nación.

Los aspirantes cumplen comisiones y realizan visitas para conocer los componentes de la Armada y sus actividades: van a destinos de la Flota de Mar, Aviación Naval, Fuerza de Submarinos e Infantería de Marina. “Para los Infantes de Marina el adiestramiento físico es fundamental, y en nuestro caso tenemos materias como operaciones ofensivas y defensivas y hacemos ejercicios y campañas en el terreno”, explica el Aspirante Soto.

En la ESSA entendió además lo que significa el compañerismo y la camaradería. “Me encontré con mucha gente de Salta, pero vienen de diferentes provincias del Litoral, Cuyo, Norte y Sur del país”. También aprenden el significado de servir a la Patria, que para él es: “Defender y proteger la Bandera y la Soberanía Nacional”.

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Colman proviene de un hogar humilde. “Soy de San Silvestre, en la Ciudad de Salta, un barrio de asentamientos y es por eso que incentivo y aconsejo ingresar a muchos chicos que desean progresar; logré que ingresaran 4 amigos. Acá estoy muy bien y pude terminar el secundario; la misma escuela me ayudó a completarlo porque aquí funciona el Centro Educativo de Nivel Secundario Nº 453”.

El joven confiesa que ingresar a una Fuerza es un gran cambio en la vida de uno, “desde llevar el pelo corto hasta vestir con orgullo un uniforme. La Armada le dio un orden a mi vida, y para mí ha sido una enseñanza de vida”, concluye.

Se estima que transitan por las aulas físicas y virtuales de la Escuela unos 1.200 ingresantes del Período Selectivo Preliminar (PSP) y aspirantes alumnos, y más de 400 suboficiales; número que asciende a 2.500 si se suman empleados administrativos, docentes civiles e instructores militares y personal militar.

Más de 3.000 horas cátedra se dictan diariamente en la ESSA, de lunes a sábado de 8 a 18 horas, aunque efectivamente funcione las 24 horas del día, luego de finalizada la actividad educativa.

La ESSA cuenta con un gran edificio de enseñanza que incluye el Aula Magna, la biblioteca, el centro de fotocopiado y más de 15 gabinetes de prácticas. El predio comprende el edificio de alojamiento, amplios talleres de enseñanza –como el de Máquinas, Electricidad y Electrónica,

Artillería y Aviación, y Marinería–, además de otras instalaciones como la Plaza de Armas y un polígono virtual.

Más sobre la propuesta educativa de la ESSA

El proceso para ser parte de las filas de la Armada comienza con la inscripción –a través de la página web https://incorporacion.armada.mil.ar/ o en las Delegaciones Navales y Oficinas de Incorporación distribuidas en el país– y el ingreso, donde se presenta la documentación requerida, se evalúa el perfil laboral, se rinden los exámenes académicos y se realizan estudios psicofísicos y pruebas de rendimiento físico.

En líneas generales, una vez convocado según los resultados alcanzados, el postulante inicia el PSP de adaptación a la vida militar, que determinará su incorporación como alumno regular de la ESSA y su designación como Aspirante Naval para formarse en las especialidades navales que ofrece el establecimiento y egresar en la jerarquía de Cabo Segundo.

La Escuela de Suboficiales que hoy cumple 126 años desde su creación, ofrece la posibilidad de incorporarse al Cuadro Permanente de la Armada, al sistema de Incorporación por Período Determinado (IPD) y al Curso de Integración Militar (CUIM).

Además de cumplir con las distintas modalidades de ingreso, en la ESSA los suboficiales complementan su formación profesional a lo largo de toda su carrera, realizando cursos y capacitaciones para ascender en sus jerarquías, cambiar de escalafón, y para ejercer la jefatura de cargos, entre otros.

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