Por segundo mes consecutivo, la cotización del dólar oficial se sigue moviendo a la baja. Desde que se levantó el cepo, hace poco más de dos meses, el tipo de cambio subió tan solo 7%.
Con este recorrido, la cotización mayorista atraviesa el segundo mes consecutivo en retroceso: en mayo cedió 3% y en lo que va de junio pierde otro 2,3%. También los dólares financieros bajan, con el MEP perdiendo 1,7% y el contado con liqui, 3,9%.
Sobre el final del primer semestre confluyen varios motivos para explicar esta tendencia. Hay cuatro que son los centrales.
La liquidación de la cosecha
En una semana corta la liquidación del agro se concentró en tres días hábiles. En particular en las últimas dos jornadas, ya que el jueves fue feriado en Estados Unidos y al perder la referencia del mercado global, las operaciones se aceleraron entre martes y miércoles.
Hay un motivo adicional en la suba de las liquidación, y es que para fin de mes está previsto que el gobierno vuelva a aumentar las retenciones a las exportaciones de soja, por lo que los productores se apuran a vender antes de ser alcanzados por la nueva alícuota.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), en mayo el ingreso fue de US$ 3.054 millones, 17% más que en el mismo mes del año pasado y un salto del 21% en relación con abril de este año. Y en lo que va de junio liquidaron US$ 2.240 millones.
El atractivo del carry trade
Con el dólar estable y la inflación desacelerándose, los inversores vuelven a apostar al peso. El carry trade, la operación por la que se desprenden de divisas para posicionarse en algún activo en pesos, suma atractivos en momentos en los que el dólar se debilita en el mundo.
«Los mercados estarán muchos más calmos, y las empresas argentinas volverán a colocar dinero en los mercados voluntarios de deuda, con lo cual tendremos un dólar ofertado, con precios en baja en los mercados de futuros, en donde se nota menos interés abierto, lo que implica menos apetito de dólares por parte de los inversores», indicó el analista financiero Salvador Distéfano.
El doble juego del aguinaldo
El aguinaldo tiene efecto doble sobre el dólar. Por un lado, al acercarse la fecha de pago, las empresas salen a desprenderse de dólares para conseguir los pesos requeridos para cumplir con el pago. Esta mayor oferta estacional hace que el precio mayorista baje.
Por el otro lado, los trabajadores que tienen capacidad de ahorro aprovechar para comprar divisas, con la percepción de que a $ 1.180, el valor conseguido en el home banking, el billete está barato. Esto, junto con la cercanía de las vacaciones de invierno, podría disparar la demanda.
La suba de las reservas
La semana pasada las reservas brutas del Banco Central volvieron a superar la barrera de los US$ 40.000 millones, algo que no pasaba desde febrero de 2023.
Desde la salida del cepo hace dos meses, el Banco Central no interviene en el mercado, es decir que no compra ni vende. Por lo tanto, no suma a las reservas a menos que aumenten los depósitos en dólares -los encajes del 30% forman parte de las reservas- o coloque deuda. Eso fue lo que ocurrió la semana pasada, cuando ingresaron US$ 2.000 millones del REPO con una pool de bancos.
Si bien algunos analistas cuestionan esta estrategia de aumentar las reservas con deuda, la recomposición por encima de los US$ 40.000 millones fue bien recibida por el mercado y le quitó tensión la dólar.
¿Cómo seguirá el dólar?
Con el fin del semestre y de la cosecha gruesa a la vuelta de la esquina, el interrogante es cómo seguirá el dólar. Desde el Gobierno aseguran que nada cambiará.
«El dólar flota entre bandas, puede subir o bajar pero el equipo económico no va a devaluar y no ha accionado nunca por intereses electorales. Con una macro sana, es decir, superávit fiscal, cantidad de dinero fija y BCRA recapitalizado es lógico pensar que el tipo de cambio real se aprecie«, escribió en la red social X Felipe Núñez, asesor del ministerio de Economía.
Según Portfolio Personal Inversiones (PPI) el tipo de cambio se encuentra en el nivel más bajo desde el fin de la Convertibilidad en diciembre 2001. «El interrogante pasa a ser dónde se encontrarán los flujos a partir de julio, cuando la oferta del agro decline por la expiración de la baja transitoria de retenciones para los productos de soja y maíz».