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Hugo Rohrmann: Este invierno será más húmedo de lo normal

El ingeniero Hugo Rohrmann, especialista en recursos hídricos, brindó un análisis detallado sobre las proyecciones climáticas para este invierno en la región del nordeste argentino, basándose en los informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
En diálogo con LA VOZ DEL CHACO, sostuvo que se espera una estación más húmeda que lo habitual y con temperaturas dentro de los parámetros normales o levemente superiores.
«Según la perspectiva trimestral del SMN, las precipitaciones estarán por encima del promedio histórico, especialmente en el noreste del país y la región pampeana», explicó Rohrmann.
Aclaró, sin embargo, que el invierno es una estación seca por naturaleza, por lo que no se prevén lluvias intensas sino una leve suba en los valores normales.
«Por ejemplo, si en junio el promedio es de 60 o 70 milímetros, ahora podríamos superar esos registros. De hecho, en Resistencia ya se han registrado más de 100 milímetros, lo que confirma esa tendencia», remarcó.
En cuanto a las temperaturas, el ingeniero señaló que se mantendrán dentro de los valores habituales o incluso por encima.
«Los primeros quince días de junio ya se presentaron con temperaturas algo elevadas para la época. Si esta tendencia se mantiene, estamos frente a un invierno más húmedo y menos propenso a heladas severas», indicó.
Rohrmann aclaró que «cuando hay mayor humedad, cuesta más que se produzcan heladas intensas», aunque advirtió que en el corto plazo se esperan temperaturas cercanas a cero grados en el oeste chaqueño.
«Ese sector es más seco y frío, por lo que es común que haya registros bajos», sostuvo.
Consultado sobre la entrada de una posible ola polar para la próxima semana, explicó: «Sí, están ingresando frentes fríos que ya se encuentran a la altura de Santa Fe y que afectarán a gran parte del país. Son normales en esta época del año, aunque algunos los llamen ‘ola polar’».

La situación de los
ríos y la navegación fluvial
En cuanto a los ríos, Rohrmann detalló que el Paraná mostró niveles muy bajos durante gran parte del año, pero comenzó a recuperarse a partir de mayo.
«Primero se estabilizó el Paraguay, pero el Paraná es el gran aportante. Brasil anticipa lluvias superiores a lo normal en junio y julio, y eso ya se ve reflejado en el crecimiento del río Uruguay, especialmente por precipitaciones en el sur de Porto Alegre», explicó.
Sobre el Paraná, indicó: «Actualmente está en los 3 metros en la zona de Barranqueras. Si bien se encuentra aún por debajo del nivel ideal de 4 o 4,5 metros, es un avance. Si se cumple el pronóstico en la cuenca brasileña, habrá una recuperación que favorecerá la navegación y el abastecimiento de agua».
Asimismo, el ingeniero también se refirió al puerto de Barranqueras: «Cuando el nivel del río baja de los 3 metros, prácticamente no se puede operar, salvo con barcazas de menor calado.
Si los niveles suben, la situación puede normalizarse, pero está claro que el puerto necesita un dragado urgente. El Bermejo es el principal aportante de sedimentos, y como hace años que no se draga, el fondo del cauce se ha elevado».
Finalmente, advirtió: «Si el río se mantiene arriba de los 3 metros, se debería hacer un estudio de profundidad para definir si es viable el ingreso de embarcaciones. Sobre esa base, se podría proyectar la reactivación del comercio fluvial, hoy prácticamente interrumpido».

«Las lluvias mejoraron el caudal del río Negro»
Consultado por la situación del río Negro y los informes previos que alertaban sobre la mortandad de peces debido a la falta de oxígeno, Rohrmann explicó que las lluvias registradas durante mayo y lo que va de junio generaron una recuperación parcial.
«El hecho de que ha llovido bastante durante mayo y lo que va de junio le da una recuperación evidente al río Negro y a todos los ríos pequeños que desembocan en el Paraguay o en el Paraná», señaló el especialista, al tiempo que advirtió que estos cursos «venían muy deprimidos, prácticamente sin aporte».
Según explicó, si bien los caudales actuales siguen siendo bajos, resultan suficientes para mejorar notablemente la situación ambiental.
«Estas lluvias están generando caudales chicos, pero lo suficiente para generar una recuperación tanto de la fauna como de la flora y de la propia calidad que tienen los ríos, especialmente el río Negro», detalló.
No obstante, remarcó que los beneficios naturales que aportan las lluvias se ven contrarrestados por la persistente contaminación urbana, sobre todo en su paso por la capital chaqueña.
«El río Negro, al pasar por el Gran Resistencia, recibe la agresión de la contaminación urbana. En ese sentido hay una recuperación evidente que se nota bastante claramente, por lo menos eso dicen los vecinos ribereños», afirmó.
Ante la consulta sobre si la mejora en la calidad del agua podía atribuirse a un aumento en los controles ambientales, Rohrmann fue tajante:
«Puede haber aumento de controles, pero en líneas generales la contaminación que recibe el río Negro sobre el Gran Resistencia sigue.
Hay descargas, especialmente de efluentes cloacales, que van a continuar mientras no se amplíe el sistema de desagües cloacales por parte de Sameep, para que abarque a todas las zonas cercanas al río y las lagunas», dijo.
El ingeniero también se refirió al impacto de las industrias en la zona, aunque admitió no conocer en detalle el nivel actual de fiscalización: «Sé que existen controles, pero no sé de qué nivel. En líneas generales, las grandes ciudades contaminan, tirar residuos ya es como una práctica común».
Sobre las causas de la mortandad de peces, el especialista aclaró que están asociadas a la escasez de agua en ciertos tramos del río. «Eso que mencionabas está asociado a que no lleva agua. Todo depende del nivel del Paraná, y si el Paraná está bajo, como lo estuvo durante casi todo el principio del año, se da la combinación más negativa para la calidad del agua del río Negro», aseveró.
En ese marco, detalló cómo el flujo de agua del Paraná incide directamente en las condiciones del río Negro en puntos críticos como «la avenida Sarmiento, la avenida Sabín y el puente de San Fernando».
Finalmente, aunque celebró la mejora temporal gracias a las lluvias, Rohrmann fue claro respecto al futuro inmediato:
«En la medida que llueva y se generen caudales más o menos importantes, se normaliza la calidad del agua.
Pero no creo que haya cambiado el hábito de la ciudad para decir ‘yo no voy a contaminar’. Ese tema me parece que es de mediano y largo plazo, y requiere de acciones concretas que hoy todavía están faltando», finalizó.

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